miércoles, 14 de agosto de 2019

Masturbación...

Hoy es un día normal, un día de trabajo más. Lunes 29 de julio, después del fin de semana toca reincorporarse al quehacer cotidiano; las obligaciones diarias, prepararlo todo en la casa, después ir a dar clase. Un día más en una semana más, completamente anodina, esperando que lleguen las vacaciones de agosto.
          Nada hacía prever que la mañana tomaría unos derroteros inesperados. Las dos primeras horas de clase habían transcurrido con absoluta normalidad. Había llegado el momento del descanso, y como de costumbre, he ido al despacho de la coordinadora, a tomar café y relajarme un rato comentando las incidencias con las compañeras. Hasta aquí todo normal. Faltaban 15 minutos para reanudar las clases y, he acudido al excusado para hacer mis necesidades; en el momento de cerrar la puerta una sombra, una presencia etérea, ha entrado detrás de mi haciendo que perdiera el control de los acontecimientos.
          El aseo es pequeño, chapado desde el suelo hasta el techo, poco íntimo y poco propicio para las fantasías. Ha sido en el momento justo de cerrar la puerta. Esa presencia se ha acoplado en mi espalda empujándome contra la pared, aprisionándome contra la pared. Era una fuerza sobrenatural que disponía de mi voluntad y me obligaba a hacer lo que ella quería. Aprisionada  contra la pared, mi mano ha desabrochado el botón de los jeans y ha bajado la cremallera. La otra ha subido la camiseta y el sujetador, dejando los pechos contra los fríos baldosines del chapado. Mis pezones han reaccionado erizándose completamente y endureciéndose. Los tejanos han ido descendiendo de las caderas a los muslos, y de estos al suelo.
          Sentía la presencia pegada a mi espalda. Sentía su respiración en el cuello, los besos en la nuca y mi nombre susurrado al oído. Mi mano se ha introducido bajo los panties y ha empezado a acariciarme. Los dedos han adquirido vida propia, las caricias parecen nuevas, no tienen la intensidad conocida, realizan movimientos nuevos, cadencias nuevas.... nuevas presiones, nuevos impulsos. La vagina está completamente empapada, siento como el jugo lo moja todo. Los dedos corren vertiginosos por todo el sexo mojado y abierto como una fruta madura.
          La excitación es tremendamente intensa. La fuerza extraña tira de mis caderas separándome un poco de la pared. Mi culo queda hacia fuera. En ese momento mis dedos se introducen en lo mas hondo de la vagina y empiezan a moverse rítmicamente, como si estuviese haciendo el amor. Realmente estoy haciendo el amor contigo, aunque es mi cuerpo el que nos sirve de ayuda. Y así con la cara apoyada en la fría pared, las caderas separadas, el culo en pompa receptivo, las piernas abiertas y los dedos en la vagina... sobreviene el orgasmo, intenso, fuerte, tremendo como una descarga. Mis piernas tiemblan de placer obligándome a sentarme en el excusado. La cara dibuja una sonrisa de felicidad, todo ha acabado... todo comienza de nuevo. Antes de partir, escucho un: "Te amo"

lunes, 12 de agosto de 2019

De Caracas a Madrid

Amantes Lienzo Acrílico Desnudos


"Llego al aeropuerto de Madrid y te busco. Estoy nerviosa pero a la vez muy excitada. Sé como eres porque he visto tu foto, y de repente te veo. Tú aún no me has visto, y te contemplo por un instante. He estado esperando este momento por mucho tiempo, y por fin ha llegado. Te tengo dentro de mi vista, y eres real. Entonces tus ojos se fijan en mí, y siento que salta mi corazón en mi pecho. Empiezas a acercarte a mí y me envuelves en un abrazo muy fuerte y cálido.

"No puedo creer que realmente estas aquí. Es como un sueño," me dices al oÍdo. Entonces me alejas de tí un poco para mirarme. Me miras profundamente en los ojos y sonríes. En este momento siento el deseo que tengo por tí y te vuelvo a abrazar. Siento tu cuerpo duro junto al mío, y mi vagina empieza a mojar. Me doy cuenta de que el aeropuerto no es el lugar correcto para seguir contigo así, y empezamos a caminar. Tomas mi mano en la tuya y la aprietas. Estoy alegre.

Salimos del aeropuerto  y hablamos de mi viaje, de lo alegre que estamos por estar juntos por fin, de todo y de nada. Aún tienes mi mano en la tuya, y no puedo dejar de mirarte. Eres tan guapo y siento tanto por ti. Me preguntas si quiero dar un paseo por el parque, y digo que sí. Llegamos a un parque muy bonito. Empezamos a caminar, disfrutando del sol, de estar juntos, de poder mirarnos. Hay mucha gente alrededor de nosotros. Nos sentamos cerca de un lago, y nos empezamos a besar, suavemente al principio, y luego con más y más fervor y pasión. Siento tu lengua recorrer mis labios y entrar en mi boca. Chupo tu labio inferior y te escucho gemir muy bajo. Estamos abrazados y los deseos están aumentando. Hemos estado tan absortos en nuestros mismos que no nos dimos cuenta de que toda la gente ya se han ido, y unas nubes oscuras han llenado el cielo anteriormente completamente azul. No nos damos cuenta hasta que sentamos las primeras gotas frías en nuestros cuerpos. Nos ponemos de pie, y corremos hasta el auto. Entramos en el carro completamente empapados y estoy temblando del frío. Decidimos ir a un hotel para secarnos.

Entramos en la habitación y te pregunto si puedo tomar una ducha caliente. Puedes ver a través de mi camisa hasta mis pezones duros por el frío. "Claro que sí, pero....."

"Pero que????"

"Pero solo si puedo entrar contigo." Y me guiñas un ojo.

Sonrío y te beso nuevamente, sintiendo la pasión aumentando entre mis piernas. Siento tu pecho contra el mío. Me diriges hasta la ducha, nos desnudamos de prisa, y entramos. Ya estas muy duro, y puedo ver pulsar tu pene erecto. Se me hace la boca agua imaginar tenerlo entre mis labios. El agua caliente siente muy bien cayendo sobre mi cuerpo. Vuelves a besarme y mi cuerpo está quemando por tu toque. Siento tu erección contra mi estomago y lo mueves contra mí cuerpo. Tu boca ahora está en mi cuello, chupándolo ligeramente, lamiéndolo, y volviéndome loca. Ves mis pezones erectos, esperando tu atención. Susurras, "Eres increíble." Yo veo el deseo en tus ojos, y me hace aún más caliente por tenerte. Tu boca cierra sobre mi pezón izquierdo y siento tu lengua caliente por todas partes de mi pecho. Manipulas mi otro pezón entre tus dedos y siento que mi vagina está muy mojada. Tomas el jabón y empiezas a lavarme. Lavas mis pechos, recorriendo tus manos sobre mis pezones. Lavas mi estómago y bajas hasta llegar a mi vagina. Mientras besas mi abdomen, siento tu dedo entrando en mi vagina, rozando mi clítoris y cuando entra por dentro, se me corta la respiración. Siento que te necesito más que nunca. Te pones de rodillas enfrente de mí y de repente tu boca está cerrando sobre mi vagina. Gimo y tomo tu cabeza en mis manos, agarrando tu pelo. Tu lengua está por todas partes de mí, en mis labios mayores y menores, mi clítoris, entrando por dentro, y siento el orgasmo acercando rápidamente. Chupas mi gallito en tu boca, moviendo tu lengua sobre él. La combinación del agua acariciando mi cuerpo y de tí acariciando mi vagina me estoy haciendo explotar, pero cuando estoy al punto de venir, te levantas y me besas otra vez. Tu boca sabe a mí y me excita aún más. Ahora es mi turno, y bajo tu cuerpo, besándolo. Lamo tus pezones duros y te escucho respirar hondo. Alcanzo tu pene y lo tomo en mi mano. Lo siento pulsar. Tomo un testículo en mi boca, recorriéndolo con mi lengua y te escucho gemir, un ruido que me hace temblar con deseo. Te miro en los ojos mientras te tomo en mi boca. Veo puro placer cuando cierro mis labios alrededor de ti. Sientes lo caliente y húmeda que está mi boca, y empiezo a chuparte de verdad. Subo y bajo mi cabeza sobre tí, usando mi mano para jugar con tus bolitas. Tus manos están en mi pelo, y estas moviendo tus caderas para culear mi boca. Uso mi lengua en la parte sensible de tu pene bajo la cabeza, consiguiendo más gemidos de ti. Mis labios siguen deslizando sobre tu pene, y te siento crecer aún más en mi boca. Por fin, me subes de tu pene, y me dices que quieres ir a la cama. Esa es buena idea debido a que el agua de la ducha se ha puesto frío.

Tomas mi mano y vamos a la cama, completamente mojados. Otra vez, tu boca está poseyendo el mío y tu lengua está tocando mi lengua. Con nuestras manos nos recorremos el cuerpo del otro.

"Te necesito por dentro de mí," te ruego.

Después de haber hablado de este momento, imaginado como sería, y masturbado tantas veces pensando en estar penetrada por tí, ya es la realidad. Mueves tu pene sobre mi vagina, sintiendo cuán húmeda que estoy. Lo mueves sobre mi clítoris y me sientes temblar con excitación. Entonces, siento tu pene entrando en mi vagina lentamente, estirándome. Cuando por fin estas completamente por dentro, pausas un instante para gozar del sentido de estar tan cerca, de estar una parte de mi cuerpo. Mi vagina involuntariamente contracta sobre tí y al oído me dices que me amas. Te miro profundamente en los ojos y te digo, "Te quiero que jode, Amor." Con eso, empiezas a mover lentamente y pongo mis piernas alrededor de tu cuerpo. Cada vez que entras, siento tu pene contra mi cosita, y aprieto mis músculos sobre tí. Estamos respirando muy hondo, y gimiendo mucho. Besamos locamente, y empiezas a mover más rápidamente, más fuertemente penetrándome. Te digo que quiero hacerlo en otra posición, y con eso movemos y me presento a tí en cuatro, tu perrita en celo.

Al mirar mi trasero te escucho gemir, y me lo acaricias. Yo pienso que vas a entrarme inmediatamente, pero me sorprendo a sentir tu boca otra vez en mi vagina. Me lames hasta que me sienta que no puedo aguantar más.
Me penetras con una emoción fuerte que me hace jadear. De repente, las olas de mi orgasmo empiezan a consumirme y mi vagina está contractando muy rápidamente. Otra vez, estas entrando y saliendo muy rápidamente.

Siento tu pene crecer y ponerse aún más duro dentro de mí y tú también empiezas a venir, la pasión consumiéndonos a la misma vez. Es el orgasmo más grande de mi vida. Por fin, las olas nos pasan, y nos quedamos con los corazones latiendo muy fuertemente y rápidamente. Aún sientes las contracciones de mi vagina sobre tí. A la misma vez, nos decimos "Te amo." Siento que tengo la mejor suerte del mundo por haberte encontrado y por tenerte a mi lado por fin. Nos acostamos abrazados en la cama deseando que el momento no se termine jamás..."
Repetimos el amor varias veces más antes de atrevernos a salir del hotel. Y lo hicimos en muchas partes más... Pero esa es otra historia...