martes, 13 de abril de 2010

TORMENTA


Esto es lo que quise decir cuando dije que me matabas:
estoy atormentada en mi propia locura, obsesionada por ti.
Estoy tan cansada
De tanta impetuosidad, gritos, anhelos...


De esta tentativa que insiste,
De espera, de dolor, de deseo,
De esta necesidad que persiste,
de tenerte profundamente dentro.


Te pido clemencia,
suplico por estar entre tus brazos, cabalgar en ti,
gemir tu nombre, olvidar como respirar,
vivir con la esperanza de que no te marcharás.


Me parece que no tengo ninguna otra opción,
Excepto ser devorada por tu fuego,
Como una polilla a una llama,
Incapaz de resistirse.

La locura se esconde tras la tormenta…


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